Generalmente, los inquilinos que quieren reclamar las fianzas a sus caseros no son conscientes de que: 1. Son culpables de los desperfectos que haya en la vivienda al finalizar el arriendo. Deben probar que se ocasionaron sin culpa suya. O bien que son debidos al uso y desgaste normal. No es sencillo. 2. El arrendador tiene la sartén por el mango. La ley presume que entrega la vivienda en buenas condiciones de habitabilidad. Algunos caseros, bien aconsejados, incluso escriben…
