Cuando el urbanista catalán Ildefons Cerdà diseñó las cuadrículas del ensanche de Barcelona no pudo prever en qué se convertirían. Hoy son un cuadrado de 100 metros de lado con un inmenso espacio interior delimitado por las fachadas posteriores de los edificios que lo componen, todas distintas. Sus vecinos son los únicos que pueden ver dicho espacio. Mejor dicho: los únicos antes de la era Google. Casi todos estos espacios son poco agradables a la vista, aunque tienen la…









