¿Quién debe hacerse cargo de las pequeñas reparaciones en una vivienda de alquiler?

¿Quién debe hacerse cargo de las pequeñas reparaciones en una vivienda de alquiler?

¿Quién debe hacerse cargo de las pequeñas reparaciones en una vivienda de alquiler?

 

Como en cualquier piso o casa, en una vivienda de alquiler las reparaciones y el mantenimiento son algo crucial. Si no se actúa el inmueble se deteriora a ojos vista.
Sin embargo, la redacción del artículo 21 de la Ley de Arrendamientos Urbanos no ayuda mucho a precisar qué obras o reparaciones le tocan al inquilino y cuales al casero. El apartado 4 del artículo solo nos dice que las pequeñas reparaciones por el uso ordinario de la vivienda serán de cargo del arrendatario.
En este artículo abordaremos qué son las pequeñas reparaciones.

¿Qué se consideran pequeñas reparaciones en un piso de alquiler?

Las pequeñas reparaciones son aquellas averías o desperfectos menores que se generan por el uso cotidiano de la vivienda. En general, se pueden calificar de problemas que no implican una gran inversión económica (150 o 200 euros) ni un trabajo complejo, pero no siempre es así.

También se pueden definir por lo que no son. Las pequeñas reparaciones no son obras para mantener la habitabilidad de la vivienda, para que sea apta para el uso al que se la destina. Estas le tocan a la propiedad.

Algunos ejemplos de pequeñas reparaciones:

  • Cambio de bombillas o de tubos fluorescentes. No se puede devolver la vivienda con bombillas fundidas si estas funcionaban cuando se entró en ella.
  • Sustitución  de enchufes o interruptores que han dejado de funcionar. Vale lo dicho para el cambio de bombillas.
  • Reparación de grifos que gotean o pequeños arreglos de fontanería. El inquilino debe saber que los daños causados a los inmuebles vecinos serán de su cuenta y cargo, razón por la cual es más que recomendable que contrate un seguro de daños a terceros.
  • Ajuste de persianas o ventanas que no cierran correctamente. Vale lo dicho para los enchufes.
  • Arreglo de pequeños desperfectos en los electrodoméstico que se usan regularmente, siempre que estén incluidos en el contrato de alquiler – lo que no es habitual.

 

Casos en los  que el propietario es responsable

  • Instalaciones defectuosas: si el problema se debe a una instalación que ya estaba en mal estado cuando el inquilino entró en la vivienda (como una caldera antigua o un sistema eléctrico obsoleto) el propietario ha de asumir el coste de la reparación. Pero la prueba corresponde al inquilino, pues la ley presume su culpabilidad en el desperfecto.
  • Problemas estructurales: goteras y humedades causadas por cañerías ocultas o tuberías en mal estado. Puede haber problemas estructurales que no debe reparar el arrendador sino la comunidad de propietarios, como los de las vigas y los forjados.
  • Electrodomésticos incluidos. Si el alquiler incluye electrodomésticos y alguno de ellos sufre una avería no provocada por el mal uso del inquilino, el propietario deberá encargarse de repararlo o sustituirlo. De nuevo, la prueba de su no responsabilidad en la avería es del arrendatario.

¿Cómo gestionar las reparaciones?

Para evitar malentendidos y conflictos entre propietarios e inquilinos es importante que ambas partes tengan claras sus responsabilidades desde un principio.

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Aquí van algunos consejos:

  1. Incluir cláusulas específicas y bien redactadas en el contrato, evitando cláusulas estereotipadas e inútiles que se repiten en todos los contratos locativos.
  2. Debe haber una comunicación fluida entre inquilinos y propietarios – o con el administrador de la propiedad. El arrendatario debe saber que los daños causados por incumplir sus obligaciones se descontarán de su fianza.
  3. Documentación de reparaciones. Es recomendable que inquilinos y caseros tengan un registro de las reparaciones realizadas. Es útil para demostrar que se ha reparado, cuándo y con qué coste.
  4. Seguros. Como ya he mencionado, el inquilino debe tener un seguro que cubra daños a terceros y reparaciones menores.

 

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